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El Bierzo

El Bierzo es un lugar donde la historia está presente en casa esquina, con sus castillos (el Templario de Ponferrada, el de Cornatel, el de Villafranca del Bierzo, el de Corullón, el de Sarracín, etc), monasterios (Santa María de Carracedo, San Andrés de Vega de Espinareda) pasando por el Arte Rupestre de Sésamo y Librán, y, por supuesto, por la infinidad de castros romanos que existen en la zona, entre ellos el Castro Bergidum o Castro de la Ventosa, donde existe una buena vista de los viñedos propios de estas tierras. La denominada “hoya berciana” es la zona central de la comarca. Consiste en una llanura resguardaba por montañas que impiden el paso del clima atlántico que se ofrece como escenario al Camino de Santiago, y que discurre por varias poblaciones de gran patrimonio artístico entre las que destacan Villafranca del Bierzo, Ponferrada, Bembibre, Molinaseca y Colinas del Campo de Martín Moro Toledano.

Uno de los principales atractivos de esta comarca son Las Médulas, Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueoló­gica, Patrimonio de la Humanidad y Espacio Natural. Son el resultado de la intervención romana en la zona a lo largo de dos siglos. Fue la mayor mina a cielo abierto de todo el Imperio Romano, con una extensión superior a mil hectáreas, representando un ejemplo excepcional del proceso histórico que tuvo lugar en el noroeste peninsular como resultado de la explotación del oro. El Lago de Carucedo, producido por el taponamiento de un valle a raíz de los vertidos de estas minas, se ha convertido en un valioso recurso piscícola y es hoy un humedal protegido. Además de las artes mineras, los cultivos introducidos en épocas romanas, parti­cularmente el castaño y el roble, han  pervivido hasta la actuali­dad generando un cromatismo espectacular en determinadas épocas del año sobre un paisaje de por sí único.

El Bierzo es refugio de buen vino y comida. Cuenta con varias denominaciones de origen y marcas de calidad como los vinos del Bierzo, la manzana Reineta, las castañas o el botillo.

ANCARES

Reconocida como Reserva de la Biofera, la Sierra de los Ancares son montañas de leyenda de regusto celta, salpicadas de bosques de castaños y tejos. Además de sus valores naturales, la zona cobija un excepcional patrimonio etnográfico que se refleja tanto en sus arcaicas construcciones (pallozas, hórreos, palleiros) como en la singularidad de sus tradicionales formas de vida que aún se mantienen en algunos lugares. Todo ello confiere a los cuatro valles de los ancares leonenes, Burbia, Fornela, Ancares y Balboa, un aire muy particular que transporta a tiempos remotos, de vida rural sencilla y ritmos sosegados.

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